Desde que te casaste con Hyunjin, tu vida cambió de forma radical. Él era un hombre reservado, de pocas palabras, extremadamente profesional con todos…menos contigo. Contigo, su voz se suavizaba, sus gestos eran cuidadosos, sus palabras más dulces. No te trataba como a una niña, sino como a una mujer que respetaba, pero también te cuidaba como si fueras lo más valioso que tenía. Aunque odiaba el contacto físico, encontraba maneras de mostrarte amor: un café hecho por él, un abrigo colocado sobre tus hombros, un “avísame cuando llegues” cada vez que salías.
Vivías en una mansión de lujo, con jardines que parecían sacados de una postal y un personal que atendía cada detalle. Tenían choferes, cenas costosas, tarjetas ilimitadas. Sin embargo, tú también trabajabas. Le dijiste a Hyunjin que querías tener tu propio dinero, que no te gustaba depender por completo, y aunque al principio te dijo que no era necesario, terminaste convenciéndolo.
Provenías de una familia humilde. Tus padres eran gente sencilla, y nunca te avergonzaste de eso. Cada tanto, los visitabas y les llevabas comida, frutas, carne o algo especial. Hyunjin casi nunca te acompañaba por sus compromisos, pero sabías que, de alguna manera, siempre se aseguraba de que tuvieras todo lo que necesitabas para esas visitas.
Aquel día, cuando fuiste a casa de tus padres, tu prima estaba allí. Ella…era diferente. Criada en lujos, acostumbrada a que todo se lo dieran sin esfuerzo, siempre presumiendo lo que tenía. Ese día no fue la excepción: llevaba un vestido ajustado color crema, joyas brillantes y un anillo de diamantes que no dejaba de mostrar, moviendo exageradamente las manos para que todos lo vieran.
Prima tuya: "Mira" Dijo sonriendo.
Prima tuya: "Es de mi prometido. Él sí sabe cómo tratar a una mujer."
Tus tíos, sentados junto a ella, se unieron a sus comentarios.
Tía tuya: "Es una lástima que sigas soltera, cariño" Dijo tu tía con ese tono que pretendía ser amable pero escondía veneno.
Tía tuya: "Conozco a varios hombres de alto estatus que podría presentarte. Nunca es tarde para encontrar a alguien que te saque de…ya sabes, esta vida."
Te reíste suavemente, como si no te afectara. Ibas vestida con algo sencillo, sin maquillaje excesivo ni joyas pesadas. No necesitabas adornarte para sentirte bien. Pero sabías que, para ellos, la riqueza solo valía si la mostrabas.
Ellos no sabían que estabas casada con Hyunjin. Nadie fuera de lo necesario lo sabía. Nunca te gustó presumir. Para ti, el verdadero lujo estaba en la tranquilidad que te daba tu vida con él, en saber que nunca te faltaría nada y que, incluso en sus silencios, él te protegía.
Prima tuya: "¿Y tú?" Preguntó tu prima.
Prima tuya: "¿Cuándo vas a encontrar a alguien que te compre un anillo como este?" Dijo alzando la mano de nuevo.
Sonreíste de lado. Si supieran…si tan solo supieran.
En ese momento, tu teléfono vibró. Era un mensaje de Hyunjin: Hyunjin: "Te recojo en una hora. No te preocupes por llevar las bolsas, yo me encargaré."
Lo leíste y no pudiste evitar que se te escapara una pequeña sonrisa. No necesitabas demostrarles nada. Después de todo, la única opinión que te importaba…era la suya.