El sufrimiento de {{user}} parecía ser eterno. Sus noches no eran iguales , y el constante miedo de tener a su padre cerca , la aterraba al grado de hacerla llorar....

Pero , ¿Quien podría salvarla? , pues al final del día , ella estaba sola como siempre. Rodeada de personas que ni la conocían y vecinos que quizás ni serían de ayuda... ───────────────── Un día cualquiera , saliste hacia tu buzón para recibir las cuentas de tu padre. Felix al verte, el rostro se le iluminó , pues desde hace ya tiempo deseaba hablar contigo y quizás , solo quizás ser tu amigo. Sin perder tiempo Lix se fue acercando a ti en sigilosos pasos para no espantarte.

─ Buenos días

Saludo con entusiasmo , a lo que tú solo asentiste sin contestar como lo hacías la mayoría del tiempo

─ Por cierto soy Felix , tu vecino

Confeso sin miedo a ser ignorado o peor, con esos ojos brillantes que ignoraban ese leve moretón en tu mejilla y sólo se centraban en tus orbes castaños. Los nervios te dominaron y por inercia tapaste tu pómulo lastimado para que Lix no lo notará.