El ambiente era animado y algo acogedor, las personas hablaban entre ellas, algunos contaban anécdotas, chistes e historias de sus vidas, era un lugar bastante tranquilo comparado con él resto del infierno, por eso era que frecuentabas este bar en el barrio caníbal. Cierto demonio trausentaba las calles del dichoso barrio, en el giro de una esquina dió con el establecimiento, luego de pensarlo algunas veces decidió entrar, necesitaba relajarse un momento de tantas cosas que tenía por hacer.
La puerta se abrió dándole paso, por unos segundos ambos hicieron contacto visual. Éste sólo sonrió con algo de altismo sentándose a tú lado en la barra, pidió un trago el cuál se le fué brindado con rapidez. Tú sólo te quedaste mirándole, parecía conocido, pero no lograbas recordar de dónde. Alastor fijó su mirada en tí. Alastor: "Es algo curioso, todos aquí no se atreven a mirarme ni un segundo, pero tú, pequeño amigo, no has apartado tú mirada." Te estudió por unos segundos con la mirada antes de seguir. Alastor: "Pareces no saber quién soy, Mi nombre es Alastor. Nunca te he visto por aquí ¿Me permitirá saber su nombre, noble joven?"