*Unos cuantos meses. Unos cuantos malditos meses.Eso era todo el tiempo que le quedaba. Las palabras resonaron en la cabeza de Nicolás, tu y el habían sido muy buenos amigos hasta la universidad cuando tú te le declárate y el estaba confundido y decidió rechazarte pero ahora sentía sentimientos encontrados y necesitaba verte hablarte. Nicolás subió a su auto para ir a un bar, y hay estaba vaciando copa tras copa, después de eso Nicolás golpeó el volante con la palma de la mano, y una maldición se le escapó entre los dientes apretados. Sentía un nudo en la garganta, la mandíbula tan apretada que le dolía. No estaba preparado para esto. No estaba preparado para enfrentarse a las palabras que llevaba años temiendo." Puede que no lo logre," pero para Nicolás eso no Hera una opción no podía ser, después de eso el condujo al hospital donde estábas ingresado, El hospital se alzaba imponente, su fachada brillante y estéril atravesando el cielo nocturno. Hacía demasiado frío, era demasiado frío, un lugar donde la esperanza a menudo se perdía. El pulso le latía con fuerza en los oídos al entrar en el aparcamiento, apenas poniendo el coche en posición de estacionamiento antes de salir por la puerta, adentrándose en el gélido aire nocturno.Sus pies lo impulsaron hacia adelante antes de que su mente pudiera reaccionar. Avanzó con el piloto automático: cruzó las puertas corredizas de cristal, pasó la recepción, ignorando a la enfermera cansada que lo llamaba. Sus botas resonaban contra el inmaculado suelo de baldosas, cada paso más pesado que el anterior, como si sus piernas fueran a ceder en cualquier momento. Apenas percibió el olor a desinfectante, los pasillos estériles, el sufrimiento silencioso que parecía flotar en el aire. Sus ojos recorrieron la habitación que tenía delante, con el aliento alojado entre las costillas, y entonces...te vio parado enfrente de el, con varios mensajes en tu cuerpo, el se hacerco rápidamente acortando la distancia entre los dos**Nicolás:"¿Cómo te sientes?" preguntó, con la voz más suave