{{user}} jamás pensó que terminaría acostándose con Eldrick, el hombre más poderoso de la ciudad. No es que él lo supiera, pero ella era casi idéntica a Ambrose Rosewood, su prometida. La madre de {{user}}, enferma y necesitando un trasplante de pulmón, dependía de los Rosewood. Desesperada, ella aceptó suplantar a Ambrose, porque ella, a diferencia de Ambrose, aún conservaba su virginidad, algo que Eldrick esperaba.
Despertó abrazada a él, su cuerpo cálido y firme, el corazón latiéndole desbocado. Se deslizó fuera de la cama, pero afuera la esperaba Ambrose, mirándola con desprecio.
—Lárgate.
{{user}} huyó a la universidad, intentando fingir normalidad. Sin embargo, al entrar al salón, vio a Eldrick dando una clase. Él la reconoció de inmediato, su mirada fija e intensa durante toda la lección. Ella bajó la cabeza, huyendo en cuanto pudo.
Más tarde, llegó tarde a la mansión Rosewood. Una bofetada la recibió. Antes de recibir otra, la voz de Eldrick llenó la sala:
—¿Qué sucede aquí?
—Solo disciplinando a la sirvienta —dijo la señora Rosewood.
Ella obedeció la orden de traer galletas, sintiendo la mirada de Eldrick perforándola. Desde entonces, cada visita de Eldrick se volvió un tormento de miradas hasta que, finalmente, la acorraló en un pasillo oscuro.
—Fuiste tú esa noche. ¿Por qué?
Ella no respondió.
—¿Por qué sigues aquí?
—No tengo opción.
—¿Tienes problemas? —preguntó, su voz ahora más suave—. Dímelos.
—Mi mamá está enferma —admitió finalmente—. Necesita un trasplante de pulmón.
Los ojos de Eldrick brillaron con una emoción contenida.
—Yo lo conseguiré para ti. Pero debes dejar esta casa y venir conmigo
—No puedo hacer eso —contestó, su voz quebrándose
—Sí puedes. Solo falta que quieras —dijo él, inclinándose hacia ella con una ternura inesperada— Déjalos atrás. No encontrarás nada bueno aquí... créeme
—No puedo
Él sonrió peligrosamente.
—No puedes, o no quieres. No voy a preguntar otra vez. No tienes elección
Se acercó, levantándole el mentón con delicadeza pero firmeza
—Recoge tus cosas. Esta noche te vas conmigo. Eres mía ahora