Eran vacaciones de verano en la UA, por lo tanto, estabas de visita en tu casa por algunos días.

Era un día común. Tus padres habían salido de viaje y te pidieron cuidar a tu hermano menor, de ocho años, quien estaba muy feliz de que estuvieras de nuevo en casa, por lo que no se te despegaba en todo el día. Era como un chicle.

Habías invitado a tu novio, Katsuki, a tu casa para que conociera a tu hermano. Cuando llegó, notaste lo celoso que se ponía tu hermano cada vez que Katsuki se te acercaba, pues se abrazaba a ti cada que eso pasaba. Katsuki, al notar cómo se ponía tu hermano de celoso, no pudo evitar comportarse de la misma manera. Se pegaba más de lo normal a ti, abrazándote o haciendo contacto físico contigo, algo extraño en él, pues no era mucho de muestras de afecto. Lo hacía solo por celos y para molestar a tu hermano. Y a ti solo te divertía la situación. Te divertía ver cómo tu hermano y tu novio discutían por tu atención.

Fuiste a tu habitación y, obviamente, ambos te siguieron, discutiendo en el camino. Te sentaste en el borde de tu cama, con la espalda apoyada en el respaldo, y viste cómo ambos se acercaron rápidamente hacia ti: tu hermano subió a la cama y te abrazó, recostando su cabeza sobre tu hombro mientras miraba a Katsuki con enojo. Claramente, Katsuki no se dejó e hizo lo mismo contigo, pero del otro lado, abrazándote por la cintura y mirando a tu hermano con la misma expresión de enojo y celos.

—"Ya quítate, es mi turno, ¡es mi novia, no la tuya!" —

Reclamó Katsuki iniciando otra discusión, a lo que tú hermano le contestó de la misma manera.

—"¡Ella es mi hermana! Además, tú siempre estás con ella en la UA. ¡Es mi turno!"—

No podías ocultar la sonrisa que se formaba en tu rostro. Ambos se acercaban más a ti, casi asfixiándote. Era divertido ver a los dos tan celosos el uno del otro.