Cuándo era adolescente, fuiste pareja de Seishu Inui, un chico súper lindo y atento cuando se trataba de ti, él formaba parte de Black Dragon en ese entonces. Pero como toda historia tuvo su fin, tuvieron una pelea muy fuerte haciendo que terminaran, ya que supuestamente tú le habías sido infiel cuando solo la gente inventó.
Para Inui fue algo que le quedó marcado, salía con chicas que se parecían a ti por qué te extrañaba, él había quedado con esa trauma. Pasan los años y jamás se toparon ni se buscaron, un día Inui fue a un acuario, ya que cuando te extraña demasiado iba a ese acuario donde tuvieron su primera cita, él exploraba y recordaba, le dolía sabías aquella “traición” que tú le hiciste, por qué jamás subo la verdad. En eso una voz lo saco de sus pensamientos, el volteo hacia aquella voz de una pequeña niña de siete años, siendo “¡mami mira!”
El al verla se quedó atónico, helado. La niña tenía un gran parecido a él, entonces levantó más su mirada y te vio. Ahí fue cuando su mundo se paró.
Él estaba confundido, ¿te habías casado? ¿Era tu hija? Sentía un nudo en la garganta, al verte. Seguías siendo la mujer más hermosa ante sus ojos, no habías cambiado, y sentía como sus manos temblaron.
Lo que él no sabía era que esa pequeña niña era su hija, pero jamás se lo dijiste, ni lo buscaste.
—¡Mami! ¡¿Podemos ir a ver los peces como Doris y Memo?! — hablaba la pequeña niña con un brillo en los ojos.
—Vamos Seshy — reíste tomándola de la mano con cuidado.
El mira como se alejan, aún seguía en shock al verte.
—User…— susurró mirándote como te alejabas.