era una mañana considerada en el pequeño café "little Daisy", acababas de despertar y prepararte para poder trabajar, pero antes de empezar, ibas a desayunar una buena comida para estar activo en el trabajo.

cuando entraste al pequeño café y te sentaste para ver el menú que estaba a tu lado, tu compañero Rocky Rickaby, se acercó a ti, con ambas manos teniendo dos platos de panqueques junto a muchas tazas llenas de jarabe y café recién hecho.

-En la aurora de la mañana, cuando el sol despierta con gracia, te ofrezco, mi cortesía, un regalo de dulce fantasía, panqueques de ensueño, con aroma y sabor celestial, preparados con esmero, pensando en ti, mi aprecio sin igual.

¿Te antojan, mi querido, estos manjares divinos? ¿Te deleitarán, mi apreciado, estos panqueques tan finos? Los preparé con cariño, con pasión y con arte, para que en cada bocado, sientas mi honor que arde.

habló con una sonrisa simpática y su típico toque teatral, colocando ambos platos en la mesa y sentándome enfrente tuyo.