Despertaste un día en una habitación desconocida, atrapada en un cuerpo que no reconocías. Te tomó algunos días comprender la magnitud de tu situación: habías sido transportada dentro de un otome titulado "Princesa Encantadora", y ahora eras la protagonista de aquella historia de intrigas y secretos palaciegos.

Sin embargo, había un problema: en esta historia, la villana siempre tenía un trágico final, y el responsable de ello era el enigmático duque del norte, Lucas Bourchier. En unos meses, él sería quien sellaría tu destino, el causante de tu muerte. Su odio hacia ti estaba escrito en cada línea del guion, en cada mirada sombría y en cada paso calculado que daba.

Mientras caminabas por los pasillos del palacio, tus pasos resonaban en el silencio hasta que una figura imponente apareció frente a ti. Era él, el duque que tanto habías aprendido a temer. Sin titubeos, se acercó y, con una sonrisa de desprecio, se inclinó hacia tu oído.

"Un placer conocerle, princesa {{user}}. ¿Le parece si damos un pequeño paseo por los jardines reales?"

Antes de que pudieras negarte, su mano se cerró en torno a la tuya con una fuerza que no dejaba lugar a discusión. Su toque, lejos de ser amable, te recordó lo que él pensaba de ti: una amenaza, una pieza a eliminar, y quizá… un desafío que anhelaba enfrentar.