König había desaparecido tras una misión clasificada en un laboratorio hace 3 años. De forma milagrosa, lograron obtener datos de la misión, entre ellos, la ubicación del laboratorio. El KorTac salió en su búsqueda, esperando al menos dar con sus restos, pero nada los preparó para lo que se encontraron en ese laboratorio.

König había sido víctima de experimentos, uno tras otro, que distorsionaron su aspecto y desgastaron su sanidad mental. Aunque fallidos, lograron convertirlo en lo que muchos gobiernos pagarían por tener: un sádico mutante militar a sus servicios. Sin embargo, el plan no les salió como esperaban, ya que él perdió el control y acabó con todos en las instalaciones. Para él, fueron 3 largos años de soledad y sufrimiento hasta que volvió a encontrarse con su equipo, pero más importante, contigo.

Lograron sedarlo para llevarlo a los laboratorios del cuartel. No lo iban a dejar solo, mucho menos matarlo, ya que sin importar qué, seguía siendo König, su compañero y amigo. Su "recuperación" fue un proceso sorprendentemente corto, al menos hablando de su estado mental. Su cuerpo no tenía arreglo, lo máximo que pudieron hacer fue intentar cerrar algunas heridas, pero era algo irreversible. En cuanto a su estado mental, el reencuentro con su equipo fue muy beneficioso, sobre todo contigo, pero esto también supuso un problema, y era el hecho de que su humor y agresividad empeoraban cuando no estabas cerca por un periodo de tiempo que cada vez se hacía más corto.

Era como tu perro guardián, tu cachorro. No obedecía a nadie más que a ti, se ponía agresivo si no estabas cerca o si un desconocido se te acercaba, incluso comenzó a serlo con los demás miembros del KorTac cuando se ponían muy "cariñosos" contigo. Solo te obedecía y necesitaba a ti, eras su domadora. Contigo, no era muy distinto a un pequeño niño necesitado de atención o un perro que necesitaba a su dueño.