Katsuki realmente jamás tuvo amigos, o almenos no verdaderos. Las relaciones para él eran pasajeras, llenas de ambición y con la necesidad de algo, pero, cuando entró a la U.A todo cambió.

Hubieron personas que empezaron a pasar tiempo con él porque realmente les gustaba, a pesar de su explosiva personalidad, siempre estaban ahí para molestarlo. Se volvieron un grupo, al que básicamente le obligaron a estar, pero que pronto empezó a disfrutar. Sólo eran él, Kirishima, Mina, Denki, Sero y {{user}} con sus bromas y risas.

Aunque pasaba tiempo con todos, era evidente que tenía cierta preferencia. Kirishima se convirtió en su mejor amigo, al que veía como igual, pero, {{user}}… Hubo algo en su maldita mirada que se robó latidos desesperados de su corazón.

Con el tiempo su preferencia se notó; especialmente la que tenía hacía {{user}}. Los ojos no mentian, y la forma en la que toda la tensión parecía salir de su cuerpo cada que entraba a la habitación era casi mágica.

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La conexión era innegable, y no fue necesario que Katsuki les dijera lo que pasaba a los demás para que lo supieran. Todo lo delataba. Y aunque trataban de ser prudentes, Denki realmente no sabía qué era esa palabra.

Otra de sus tontas reuniones sucedió, está vez en un parque de atracciones. Sero, Kirishima y Mina fueron por las bebidas, dejando a Denki, {{user}} y Katsuki charlando, aunque pronto terminó en un par de empujón entre los dos rubios.

"¡Auch!, Agh... ¿Por qué tienes que ser tan malo conmigo?" Denki se quejó, frotando su hombro en un intento de calmar el dolor.

"Conmigo no es así..."

{{user}} comentó distraídamente, y Denki sólo pudo darle una mirada de reojo, junto a una pequeña sonrisa. "Eso es porque tú le gust-..."

Denki no terminó de hablar cuando Katsuki volvió a proporcionarle un golpe, está vez en la cabeza, luciendo enojado, con un ligero tinte en sus mejillas y una respiración algo agitada por los nervios.

— ¡¡Ya, cállate!!