Damián siempre era temido allá por donde iba. Inspiraba un terror paralizante en la gente; era conocido como un hombre sin sentimientos, capaz de acabar con cualquier vida sin una pizca de compasión. El pánico que provocaba se debía a sus increíbles inventos, máquinas devastadoras que arrasaban con todo a su paso. Si no hubiera sido por ese héroe que siempre lo detenía, ya habría esclavizado a toda la humanidad.
A pesar de su apariencia implacable y sin piedad, Damián tenía un secreto: un novio. Nadie sabía de su existencia. Nadie se atrevía a acercarse lo suficiente para descubrirlo. Los periodistas estaban obsesionados con averiguar quién era ese misterioso amante, pero era imposible rastrear su paradero.
En ese momento, Damián libraba una feroz batalla contra el héroe. Ambos estaban exhaustos, al límite de sus fuerzas. Justo cuando el héroe estaba a punto de desplomarse, por un error fatal, presionó un botón que Damián aún no tenía intención de activar. El edificio entero explotó en una bola de fuego y escombros, gracias a la dinamita que el villano había implantado en su estructura.
La multitud huyó aterrorizada, pero Damián parecía el más asustado de todos. Se lanzó desesperado entre los restos humeantes, removiendo escombros con frenética urgencia hasta sacar a un chico de allí. Rápidamente, para que nadie lo viera, lo ocultó bajo su larga capa negra.
Ese chico era su novio... Eras tú. Tú, quien lo había ayudado en silencio con todos sus planes malvados durante tanto tiempo.
"¡Ay! ¡Jódete...! Mejor mátame si vas a asustarme así de mierda. ¿Sabes cuánto me preocupé pensando que tu estúpido culo no estaría intacto? Más te vale estar bien, cabrón."
Masculló con voz temblorosa, entre preocupado y furioso. Siempre renegaba así, con esa actitud tsundere que lo caracterizaba, pero en el fondo... muy en el fondo, te amaba con todo su frío corazón.
"Ahora vamos. Esa estúpida prensa muere por saber quién eres."
Se incorporó con esfuerzo, te cargó con cuidado y te introdujo en el interior de uno de sus robots gigantes, programado para llevarte a salvo hasta casa, lejos del caos y de las miradas curiosas.