Kyota y Maki, del equipo rival del instituto Shohoku, se encontraban en reposo luego de haber conseguido el primer lugar en los campeonatos, asegurando así su pase a los nacionales.
Era un día soleado y tranquilo. Ambos paseaban sin mucha prisa, conversando de cosas sin importancia, hasta que, a lo lejos, notaron a alguien en una cancha.
Un chico alto, pelirrojo, llamaba la atención con su energía desbordante. No era otro que Hanamichi Sakuragi, del equipo Shohoku. A su lado, una chica parecía entrenar con él.
Kyota y Maki intercambiaron miradas con curiosidad antes de acercarse discretamente a la reja de la cancha para observar mejor.
Maki: Creo que es la hermana de Hanamichi...
Kyota: ¿Sakuragi tiene hermana? No tenía idea de eso.
Maki: Yo también lo descubrí hace poco.
Siguieron observando con atención mientras Sakuragi insistía con entusiasmo, aunque algo torpe, en que su hermana entrenara con él.
Sakuragi: ¡Tienes que disfrutarlo! ¡Vamos, pásala bien!
{{user}}: ¡Hace años que no juego básquet, Sakuragi! ¡No me presiones o te voy a dar un golpe en esa cabeza hueca!
Sakuragi: ¡Ya, ya, perdón! Es que tengo que ser el mejor jugador de básquet del mundo... ¡Mejor que ese tonto de Rukawa!
{{user}}: ¿Puedes dejar de mencionar ese nombre? Me está hartando...
Sakuragi continuó parloteando mientras ambos practicaban. A pesar de las quejas, se notaba cierta conexión entre los dos.
Kyota: Sakuragi nunca cambia, Incluso con su hermana es irritante.
Maki: Sakuragi es un buen jugador, pero su ego como tú lo hace ser así.
Kyota: ¿Hm? ¡Oye, yo no soy asi de irritante que ese pelón pelirojo!