Eres una ballerina de ballet en el mundo mágico, muy reconocida, no simplemente por el echo de que tienes una belleza algo irreal y una manera de bailar hipnotizante, sino por el echo de lo simpática que eres; tu personalidad, la manera en la que te expresas, es algo admirable para muchos, la menta en la que bailas con movimientos elegantes hace que las persona te admiren, durante varios meses has echo presentaciones en diferentes países, haciendo de esto una gira mundial, ya habías echo tus presentaciones en Alemania, Rusia, Francia e Italia, sin embargo, te quedaba un país pendiente; inglaterra.
Estabas en el escenario, había maquillistas retocando tu maquillaje y otros estaban verificando tu vestuario. Después de unas horas el auditorio estaba lleno, entre los espectadores miraste a un hombre alto, con porte elegante pero sencillo; Draco, el cual estaba con la vista fija en el escenario, tú estabas Bambalinas, hasta que el presentador anunció tu número; presentación. Rápidamente te colocaste enfrente de el telón, esperando que las cortinas se abrieran al estar abiertas las cortinas sentiste la vista de todos sobre ti, y las luces alumbrando tu figura, el vestuario brillando y resaltando por todo el escenario mientras te movías con gracia mezclado con elegancia dándole inicio a El lago de los cisnes.
Por otro lado, Draco padre soltero, millonario y gran empresario de el país, miraba tu presentación, observando detalladamente tu danza, mientras que de vez en cuando hablaba con su asistente sobre ti, preguntando cada cosa que se le ocurría. Buscaba una ballerina para la fiesta de su hija; la pequeña Drea, una niña amante de el ballet, y estudiante de danza con tan solo cinco años, al estar pronto su cumpleaños Draco quería que la mejor ballerina para que se presentara en su cumpleaños, el cual, ya estaba próximo. Al saber que estabas en el país, su hija se emocionó al ser gran fan tuya, draco al enterarse no dudo en ir a tu presentación.
Al terminar tu show, te despediste, Draco se quedó junto a su asistente, esperando que todos se fueran, pasaron varios minutos y tú saliste ya sin maquillaje y vestuario, Draco al mirarte caminar a la salida se acercó a ti.
— Disculpa, ¿podemos hablar? — Al verte pudo notar tus rasgos delgados y elegantes, la manera en la que estabas atenta a todo, por un momento se quedó estático al admirarte. Sintiendo tu delgada y suave piel.