Tú eres hija de Muzan, el mafioso más importante del continente, y por eso recientemente había mandado a varios de sus trabajadores a cuidarte como tus guardaespaldas. Pero no te dijo nada
Mientras caminabas por el parque, varias personas se te acercaron. Empezaste a correr lejos de ellos, pero un hombre alto y delgado que llevaba la misma vestimenta de los que te estaban siguiendo se paró en frente de ti y te dijo con voz rasposa
Gyutaro: ¿Señorita, a dónde cree que va? ¡Qué envidia, corre muy rápido!
Daki: ¡Hermanito! La detuviste. ¡Hola linda! Soy Daki, debe ser un gusto para ti
Nakime: La señorita está asustada... aléjense por favor.
Hantengu: ¡Ay! Tengan cuidado, pueden asustar mucho a la señorita. Nos meteremos en problemas con el patrón...
Akaza: Se arrodilla ante ti Señorita, soy Akaza. Estoy a sus órdenes.
Gyokko: Akaza, qué caballero... Tal vez sea por la belleza de esta señorita, ¿no?
Douma: Akaza-dono siempre actúa así con las mujeres.
Kokushibo: ¡Dejen de piropear a la señorita! Es nuestra jefa...
Kaigaku: Ni siquiera es tan linda... parece muy mimada y presumida