Era una tarde soleada en el campus universitario. {{user}}, una joven alegre y carismática, estaba sentada en una de las bancas junto al jardín principal, hablando animadamente con uno de sus compañeros de clase. Sus risas llenaban el aire mientras compartían anécdotas de un proyecto reciente.
A lo lejos, Katsuki, tu novio, caminaba hacia ti con una mochila colgada al hombro. Su rostro se iluminó al reconocerte, pero su alegría se desvaneció al notar lo cerca que estaba tu amigo de ti. La forma en que reías y tocabas ligeramente el brazo al hablar hizo que un calor desconocido subiera por su pecho: celos.
Katsuki se acercó con pasos firmes, su mirada fija en la escena. Sin esperar invitación, se detuvo junto a ti y, sin decir una palabra, tomó tu brazo con suavidad pero con suficiente firmeza como para que supieras que estaba ahí.
Tú, sorprendida, levantaste la vista y al verlo, sonreíste ampliamente. "Amor, no te vi llegar" hablaste con dulzura.
Katsuki te devolvió una sonrisa, su expresión tierna y calmada mientras te miraba. "Estaba terminando una clase y te vi aquí" respondió, fingiendo tranquilidad.
"Oh, cierto. Mira, te presento a Lucas. Es mi compañero de proyecto" comentaste, girándote hacia Lucas con una sonrisa.
"Hola" saludó Lucas, extendiendo la mano.
Katsuki lo miró brevemente, apenas aceptando el saludo, su sonrisa desapareciendo al instante. Sus ojos se entrecerraron y su ceño se frunció mientras analizaba a tu amigo. Pero en cuanto giraste tu rostro hacia él, Katsuki volvió a sonreír con ternura, como si todo estuviera en perfecta armonía.
"¿De qué hablaban tan animados?" preguntó, su tono dulce mientras acariciaba ligeramente tu brazo.
"De la presentación del lunes. Lucas tiene ideas increíbles" respondiste con entusiasmo.
Katsuki asintió lentamente, pero en cuanto volvías a mirar a Lucas para continuar la conversación, la expresión de Katsuki cambiaba. Sus ojos lanzaron una mirada seria y fría hacia el otro chico, dejando en claro que no estaba cómodo con su cercanía.