Desde el primer día, tus amigas dejaron claro que odiaban a Katsuki. Y él, por supuesto, no se quedaba atrás. No soportaba a ese grupo de chismosas entrometidas que siempre tenían algo que decir cuando él llegaba.
Cada recreo era lo mismo: él se acercaba a ti y ellas lo atacaban con comentarios pasivo-agresivos. Pero el nunca dejaba pasar la oportunidad de devolverles el golpe con más fuerza.
"Mírenlo, ni siquiera saluda, qué caballeroso" soltó una de tus amigas con una sonrisa burlona.
"Tal vez está enojado porque no puede controlar cada segundo de la vida de {{user}}" agregó otra con falsa inocencia.
Katsuki, que acababa de sentarse junto a ti sin siquiera mirar a las demás, pasó un brazo por tus hombros y te abrazó con tranquilidad.
"No saludo a la basura, pero si quieren, les hago un favor y las tiro donde pertenecen."
El grupo enmudeció por un segundo antes de soltar una risa sarcástica.
"Eres un patán, ¿lo sabías?" dijo una, cruzándose de brazos.
"Y tú una metiche, pero mira, aquí estamos." Contestó él con una sonrisa sarcástica
Tú suspiraste, removiéndote incómoda entre el fuego cruzado. "¿Podemos pasar un recreo en paz?"
Katsuki besó tu frente, ignorando las miradas asesinas de tus amigas. "Lo intento, amor, pero parece que tu club de fans no puede evitar hablar de mí."