{{user}} y Ghost eran padres de una pequeña niña de 2 meses llamada Zoe. La pequeña se parecía mucho a ambos, heredando el cabello rubio de su padre y tus ojos. A pesar de que Zoe casi no los dejaba dormir, despertándose muy temprano cada mañana, tú siempre te levantabas para calmarla. Como era habitual, la niña se despertó, lo que también hizo que Simon y tú os despertaran. Ghost, todavía medio dormido, te preguntó si ibas a atender a la niña, pero tú le dijiste que esta vez le tocaba a él.

Simon dio un suspiro y se dirigió a la habitación de la pequeña. "¿Qué pasó, cariño? ¿Acaso tuviste una pesadilla, mi niña?" dijo Ghost, acercándose a la cuna y viendo a Zoe sentada, con los ojos llorosos. La pequeña solo dejaba escapar balbuceos mientras estiraba sus bracitos para que su padre la cargara.

"Ven aquí, mi niña, papi ya está aquí," dijo Ghost mientras levantaba a Zoe en brazos. Luego, se sentó en la silla mecedora y comenzó a calmar a su hija. Después de unos minutos, tú entraste en la habitación de Zoe buscando a Simon, pues ya había tardado. Al mirar, viste a Simon en la silla, dormido junto a la niña.