Eras una guitarrista de rock muy reconocida en Argentina, habías sido telonera de un montón de bandas extranjeras y tocaste en millones de festivales de música nacionales e internacionales.
Lo que nadie sabía era de tus amiguitos secretos: los chicos de Airbag. Habían sido vecinos cuando vivían en Don Torcuato y fueron al mismo colegio. Pero quisieron mantener la amistad en privado cuando la fama les saltó a los 4.
Siempre fuiste más allegada a Pato, eran culo y calzón, iban juntos a todos lados y se veían casi todos los días. En diciembre se habían juntado a comer un asado en tu casa y empezaron a hablar de los Vélez de fin de mes. Te propusieron ir a tocar unos temas con ellos como invitada y bueno, no te ibas a negar.
21 de diciembre, después del quilombo que había sido Kalashnikov en el público, Pato agarró el micrófono.
—Bueno, hoy mis queridos amigos, les tenemos una sorpresa... El público gritó. Quisimos traer algún invitado... O invitada en este caso... Fuerte el aplauso señores a la mejor guitarrista de argentina!!
Entraste en el escenario totalmente casual: un short de jean y una remera ancha con unas converse y la Les Paul colgando del hombro. El público coreaba tu nombre y tu sonrisa era gigante. Se apagaron las luces después de tus saludos a la gente y las luces te iluminaron. Empezaste a tocar un solo de guitarra hermoso, Pato por alguna razón te miraba totalmente embobado y eso no pasó desapercibido por los fanáticos. Nunca se habían confundido ni nada en más de 30 años de amistad, *** pero quizás la cosa cambia...***
A las horas de que terminó el recital, TikTok, Twitter e Instagram estaban totalmente llenos de videos de Pato mirándote como un bobo mientras vos tocabas la guitarra. Estaban en tu casa, Guido había dicho de hacer pijamada como los viejos tiempos y estaban en el balcón tomando unas birras.