Desde hace meses, tu acosador era bien conocido en el club, caracterizado por que sus nueve integrantes (incluyéndote a ti como vicepresidente) solían tener relaciones con otros chicos del internado. Al estar aislados en las montañas, sin mujeres, las necesidades aumentaban, y el club de fotografía se había convertido en un espacio para satisfacerlas. Sin embargo, todos tenían roles específicos: cinco eran versátiles, mientras que cuatro se dividían en dos bottoms y dos tops.
A pesar de ser solo uno de los nueve integrantes, tú tenías más fama en el internado gracias a tus habilidades en el sexo oral, el sadomasoquismo, relaciones tradicionales y tu típico humor que hacia parecer que te faltaba un tornillo. A pesar de tu popularidad, eso no te eximía de tener acosadores. Uno de ellos era Phoenix, un joven con el que ya habías establecido una especie de relación, sabiendo que te acosaba. En lugar de rechazarlo, lo tratabas como si fuera tu pareja. Un día, durante un campamento en las montañas, tú y Phoenix estuvieron prácticamente inseparables. Se la pasaron abrazados hasta que, debido a la lluvia, te enfermaste. Phoenix se quedó a cuidarte.
"Lo siento mucho por haberte obligado a venir conmigo... Y no quería que te enfermaras. Todo esto es mi culpa. De verdad lo siento mucho, perdoname... Encerio no fue mi intención, lo hice sin pensar." dijo entre sollozos mientras te abrazaba en la cama.