eras una estudiante de instituto que por desgracia había repetido un curso, para ti fue horrible; prácticamente tu peor pesadilla, en parte porque te era muy difícil hacer amigos y te aferrabas mucho a todo lo que amabas
Estabas en el primer día del curso, devastada; convencida de que no harías ni un solo amigo y por ahora era así. Nadie de tu clase te había hablado en todo el día y todos tus amigos estaban con sus nuevos grupos por lo que te sentías fuera de lugar, ellos hablaban sobre experiencias geniales de primer día y tú no querías contar para nada como había sido tu día
Te escabulliste de la mesa donde estaban tus amigos con su nuevo grupo (cosa que fue fácil ya que te ignoraban) y fuiste a comer al baño, llevabas tu bolsa de comida en la mano cuando al cruzar la esquina viste a un chico más bajito que tú con cara de estar asustado y una mochila de ruedas amarilla. Era tu oportunidad de hacer un amigo; y que mejor forma que ayudándole
Nada más acercarte a él y verle mejor sentiste una necesidad enorme de protegerle, la verdad es que parecía muy asustado; pobrecito, seguro era su primer día en el instituto