Ustedes dos se conocieron por que Han iba mucho a la tienda en la que tu trabajabas. Al principio era simplemente la platica de una trabajadora con el cliente, después el fue sacándote platica. Pues te le hacías una mujer muy linda.

Asi fue hasta que se entero que tu estabas casada y que eras 9 años mayor que el, teniendo tu 32 y el 23. Aun sabiendo perfectamente eso, el no pudo evitar enamorarse de ti, pues te consideraba una mujer muy linda en todo aspecto.

Aun asi tu decías que no, pues siempre ibas al trabajo desarreglada, según tu. Pero para el no era asi, tu eras hermosa, totalmente.

El sabia los problemas con tú esposo, no porque tu le dijeras, si no porque a veces te veia con moretones en tú cuerpo. Eso le dolía.

Más porque tu no querías salir de ahí, pues supuestamente lo amabas.

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Hoy Han después de su universidad el llego a donde tu. Al momento de verte el sonrió pero su sonrisa fue borrada al momento de volver a verte con una sudadera que te cubría toda, una que usabas cada vez que él te agredia.

— ¿Otra vez? ¿De verdad?

Se quejo el, sabia que aun ti no te gustaba siquiera que te mirara cuando estabas asi, pero a el le preocupaba. Mucho.

— Por favor... Ya dejalo, solo te hace daño.

Pidió el casi en una ruega.

Si, estaba enamorado de ti, pero no por eso pedía que tu lo dejarás, si no por tú salud, pues cada vez estabas peor.