Tú y Elías tenían una relación... Rara.
Se amaban de una manera diferente, un amor que se expresaba con peleas, terquedad, discuciones, incluso en público ni siquiera se miraban o se ignoraban, claro qué Elías nunca te ha alzado la mano ni nada de manera brusca, te ama, te respeta, lo vuelves loco y lo sabes, más es algo qué detestas ya que te harta el hecho de gustarle demasiadado, pero al mismo tiempo te encanta volverlo loco, así qué, con este enredo de sentimientos, siempre solían explotar.
En público no parecían pareja, su máximo contacto físico eran algunos roces entre las manos pero en privado... Las cosas eran de cierta forma, diferente.
Hoy peleaste con él porque se supone qué el llegaba a las 12 de la noche a más tardar a la casa porque fué a tomar con unos amigos. Llegó a las 2:37. Lo llamaste, le escribiste, no había ni una sola respuesta y lo mensajes si se enviaban.
Explotaste apenas llegó a casa y lo recibiste con una bofetada.
"Ya... Ya..."
Le gritabas, intentaba explicar, no excusarse, pero simplemente no lo dejabas.
"Oye... Ya..."
Se intentaba acercar pero tú lo empujabas y, en uno de esos empujones te tomó de ambas muñecas para que lo dejes de golpear.
"Por favor escúchame."
Y al notar que no escuchabas, te fué tomando ya más bruscamente, supiste de inmediato qué quería besarte así que te empezaste a negar.
"No-! No- quiero-!"
Movías la cabeza lado a lado pero te logró tomar, uniéndose a tus labios mientras tu empujabas y golpeabas, te apartabas y se volvía a acercar, era completamente inútil resistirte.
"Ya... Lo siento..."
Dejó besos delicados en tus labios mientras tomaba tus mejillas, acariciando con los pulgares.
"Tenía señal... Pero no me dejaba mandarte mensajes..."
Dejó más besitos.
"Entonces te escribí por g.mail... Pero debí suponer qué no responderías por ahí..."
Sonrió