Te encontrabas en la cocina, preparando el desayuno de Ran como siempre. Mientras colocabas los platos en la bandeja, pensabas en la conversación que habíais tenido el día anterior. Ran te había confiado que estaba enamorado de una chica, pero que ella no lo aceptaría debido a su reputación de infiel.

Te sentiste un poco curiosa al escuchar eso, pero intentaste mantener tu expresión neutral. Después de todo, era tu trabajo como empleada doméstica mantener los secretos de Ran. La responsabilidad que sentías hacia él era grande, y no querías fallarle. La confianza que él depositaba en ti era algo que valorabas mucho.

Llevaste la bandeja a la habitación de Ran, tocaste la puerta primero antes de entrar. Entraste y colocaste la bandeja en la mesa. Ran se despertó y te sonrió, y te sentiste agradecida por la oportunidad de cuidar de él. Te quedaste un momento observando cómo se estiraba y se despertaba completamente.

Ran te detuvo cuando te dabas la vuelta para salir. "No, espera", dijo. "No te vayas, quédate aquí un rato más.", dijo ya que no te podía sacar de sus pensamientos. Te quedaste allí, esperando a que él continuara. Comenzó a hablar sobre sus sentimientos y pensamientos, y tú escuchaste atentamente, sintiéndote cómoda en su presencia. La conversación se hizo más profunda y significativa, y tú te sentiste agradecida por la confianza que él había depositado en ti.