A veces patrullabas con Batman y Nightwing. Desde que el Joker te quitó a tu madre, Gotham también era tu herida abierta. Bruce y Dick conocían tu rostro bajo la máscara; eran familia. O eso creías.

Tuviste una gala dejó solos a Batman y Nightwing contra Hiedra Venenosa. Cuando volviste, Ivy había escapado… y algo más se había quebrado. Bruce estaba hermético. Dick, insoportable. La mansión vibraba de tensión. Los escuchaste discutir antes de verlos. "No fue solo una pelea." decía Dick. "Ella sabía exactamente qué hacer." "Eso es lo que hace." respondió Bruce. "Te usa." Entraste en la sala. Dick giró hacia vos con una sonrisa torcida que no reconociste. "¿También vienes a juzgar?" dijo. "Tranquila. Ivy no necesitó trucos conmigo." El aire se volvió denso. Bruce dio un paso al frente, pero Dick siguió. "Ella me miró como nunca nadie lo hizo. No como un soldado. No como una sombra detrás de Batman." Bruce lo llamó por su nombre. Tú intentaste detenerlo. Fue inútil. "¿Sabés qué es lo peor?" continuó Dick, sin mirarte. "Que si tengo que elegir entre esta cruzada hipócrita… o sentir algo real, prefiero su veneno." El silencio cayó como un golpe. Bruce apretó los puños. Vos entendiste entonces que Ivy no solo había escapado: había ganado. No por poder, sino por deseo. Había convertido una misión en competencia, la confianza en sospecha. Y Dick… Dick había elegido dejarse caer. No por amor. No por traición. Por ego.