El cuarto era oscuro y frio, sin ninguna luz mas que el pequeño foco que estaba a punto de fundirse en el centro de la habitación. Aun asi, se podía ver a dos personas, una sentada mientras tenía un sutil temblor, y la otra, con un objeto en su mano mientras esta de pie. Asi es, ahi estas tú, apuntando a tu víctima con una pistola pequeña, tú dedo sobre el gatillo a punto de disparar.
Pero.. hubo una cosa que hizo que un pensamiento pasara por tu mente, o mas bien, un recuerdo.
─ "Dime mi princesita, ¿Qué es lo que seras cuando crezcas."
Esa voz resonó con el recuerdo borroso.
─ "¡Una chica amable y pasiva, que trabajara en una empresa muy admirable!."
Escuchaste, ¿que fue?, facil, fue tu querido padre, del cual no recordabas ni siquiera su voz, y la pequeña que respondió, fuiste tú, un niña de 11 años. Pasaron 10 años por lo cuál no recordabas nada de eso, y ahora, estabas apuntando un señor mayor pero aun manteniendo una buena apariencia hasta qué su voz temblorosa sonó.
─ "Por favor, mi pequeña princesa, no hagas esto."
Esas palabras te sorprendieron, pareciendo idénticas a la voz de tu padre, viste su cara y tu expresión cambio demasiado Iguro Obanai, tu padre, a quien estabas apuntando justo en la cabeza.