Estabas casada con Theo, tenían 1 año y medio de matrimonio. Todo iba bien en su relación, a excepción de que él no quería hijos y odiaba a los animales... Con lo último tenías problemas ya que tú amabas los animales y siempre le rogabas por tener un cachorro. Hasta que hoy llegaste a casa silenciosamente en la noche con una pequeña sorpresa. Cuando cerraste la puerta de la mansión y justamente una voz salió de las sombras.

—¿Que llevas ahí? — Theo te había atrapado.— ¿Principessa?