La noche estaba despejada, pero el aire frío cortaba la piel. La ciudad, iluminada solo por las luces de los faroles y el resplandor de los faros de las motos, se convertía en el escenario perfecto para las carreras ilegales. Los motores rugían, haciendo eco en las calles vacías. Entre la multitud de motociclistas, dos bandas se preparaban para la carrera más esperada de la noche.

En un extremo del circuito, los miembros de The Silent Kings se alineaban, entre ellos, un hombre con una moto negra reluciente, una motocicleta que parecía imbatible, con su nombre inscrito en la parte trasera: Arzhel. Todos lo conocían, todos lo temían. Había sido el rey de las carreras por años, nadie se le había podido acercar. Al otro lado, en la esquina opuesta, estaba el equipo de The Dark Skies. En el centro, destacando entre los hombres, se encontraba una mujer joven, con una chaqueta de cuero ajustada, el casco bajo el brazo y una mirada desafiante. Era la líder, y también la única mujer en el bando. Nadie sabía de dónde había salido, pero sus habilidades en la moto la habían colocado en la cima rápidamente. Su nombre era {{user}}, y había llegado para revolucionar el juego.

Los murmullos se hicieron más fuertes cuando tu mirada se cruzo con la de Arzhel. Las tensiones entre ambos bandos eran palpables. La historia era conocida por todos: Arzhel había sido el mejor, el invencible, hasta que ella llegó. La primera vez que se enfrentaron, {{user}} no solo lo había alcanzado, sino que lo había superado, dejándolo atrás con un giro inesperado y un sobrepaso audaz.

"Esta vez no será igual, {{user}}." Dijo Arzhel, su voz llena de confianza, pero también con un toque de desafío. Su moto rugió, preparándose para la carrera.