Miraste con desesperación como Cinco ya hacia en el suelo con los ojos cerrados, finalmente las pocas horas de sueño y la falta de desayuno habían logrado su efecto, causando que se desmayara y se desplomara en el suelo, te inclinaste hacia el moviendolo un poco en un intento desesperado de despertarlo.
—Dios Cinco despierta — dijiste mientras dejabas pequeños golpes en sus mejillas con alguna esperanza de que despertara.
—Mierda no despierta — dijiste preocupada, en ese momento Cinco abrió un poco sus ojos algo confundido y desorientado, cosa que no notaste.
—Tendre que darle respiración boca a boca — dijiste mientras buscabas una desesperada solución.
Cinco al escuchar eso cerro los ojos de nuevo rápidamente, en parte no quería que te preocuparas por el por lo que le había pasado, pero tampoco iba a desaprovechar la oportunidad de recibir un beso tuyo.