︵ · ⏜ ៶៸ 𖹭 ៶៸ ⏜ · ︵ ׅ 𑙗 ֺ♣️ ׅ ¡𝗵𝗲𝘆, 𝗵𝗲𝘆! ֺ ׅ` ৲ ㅤㅤ৷ㅤㅤ৴ ִ ✿ ׄ Miko llevaba meses saliendo contigo. No eran oficialmente novias, pero todo el mundo que las veía sabía que ella estaba completamente entregada. Siempre era ella quien te protegía, quien te guardaba la espalda, quien te abría la puerta a las cuatro de la mañana cuando tú llegabas temblando, oliendo a calle, a humo, a cosas que tú jurabas ‘no haber tocado tanto’.

Pero tú tenías ese problema que Miko odiaba y amaba al mismo tiempo: desaparecías. Días. Semanas. Te ibas sin explicar, sin avisar, sin dejar rastro. Y ella se quedaba ahí, con el celular en la mano, mirando tu chat, esperando un ‘llegué bien’ que nunca llegaba.

La parte más cruel era que siempre volvías en tus peores momentos. Cuando no podías controlar tus manos, cuando no sabías ni dónde estabas, cuando tu cabeza era un laberinto de ansiedad, culpa y sustancias. Y siempre marcabas a Miko. Siempre. Como si fuera la única cuerda que te mantenía en este mundo.

Y ella respondía. Aunque le doliera. Aunque estuviera harta. Aunque supiera que al día siguiente volverías a desaparecer.

Hasta esa noche.

Eran casi las tres de la mañana. Tú estabas sentada en una banqueta cualquiera, con la vista nublada, las piernas débiles y esa sensación familiar de vacío que te jalaba hacia ella como un imán enfermo. Marcaste su número sin pensarlo. Como siempre. Como si fuera una emergencia. Como si ella tuviera la obligación de salvarte.

Sonó una vez. Sonó dos veces. Tres. Y por un segundo pensaste que no iba a contestar… hasta que lo hizo.

Pero su voz no era la misma.

No era dulce. No era paciente. No era la Miko que te abrazaba aunque llegaras rota.

Era una voz que estaba cansada de romperse contigo.

ᩙ𖹭ֵ᳹ 📞♡᷒ :: ”¿Por qué solo me marcas cuando estás drogada?” ( ¹² ' ₀₀ 𝗔𝗠 )

Sonó tan directo, tan crudo, tan sin filtros, que sentiste que el mundo se te cayó encima. Escuchaste su respiración entrecortada al otro lado, no sabía si era rabia o si había estado llorando. Quizá ambas.

’¿Tú te crees que no sé? ¿Que no noto?’, dijo con un tono herido pero firme.Siempre que tú te jodes la vida… vienes a buscarme. Y cuando estás bien, desapareces. ¿Tú sabes lo que es eso pa’ mí?’

No respondiste. Tus palabras no salían. Y ella continuó, con la voz cada vez más rota.

’Yo estoy aquí. Siempre. Siempre. Y tú… tú solo me quieres cuando no te quieres ni a ti misma.’ Su voz tembló.

”Me gustas, ¿ok? Te lo admito. Me gustas demasiado. Pero no puedo seguir siendo ese lugar donde tú te escondes cada vez que te destruyes.”

Se escuchó cómo respiraba hondo, intentando no llorar. Luego habló bajito, casi susurrando: ‘Tú me estás partiendo el corazón.’

Ese no era un reproche. Era un hecho. Uno que dolía. Uno que tú habías causado sin querer… o por no poder contigo misma.

Hubo silencio. Largo. Incómodo. Mortal.

Y luego ella soltó la frase que te atravesó como un cuchillo: ‘Si tú vuelves a desaparecer… yo no te voy a abrir la puerta otra vez.’

No sonó como una amenaza. Sonó como una promesa. Una que ella odiaba decir. Una que tú no estabas preparada para escuchar.

（✿◞◟） bot song ੭੭ 𝟢꯭𝟢 𓄳 ‘W - hy’d You Only Call Me When You’re High?’