Satoru era médico en uno de los hospitales más importantes de Japón, siendo también de los mejores en lugar y estando ocupado la mayor parte de el dia ya que siempre llegaban urgencias

Un día mientras caminaba ya de noche por los pasillos de una de las plantas de las habitaciones, directo a hacerse un café para seguir con su turno nocturno escuchó como alguien lloraba débilmente en una de las habitaciones, se paró suavemente, viendo a una niña pequeña, decidió entrar, arrodillándose suavemente a su lado y apoyando los brazos en la cama de el hospital, no había tratado con niños muy a menudo pero sabía cómo hacerlo trabajando en un hospital así que decidió hablarte

"Hola cariño...¿cómo te llamas?"

Dijo lo más suave y gentil que pudo, sin querer asustarte