Blade y tú eran dos chicos que se conocieron en la universidad. Blade era un vampiro, un ser inmortal con sed de sangre, mientras que tú eras un chico común y corriente, sin saber la verdadera identidad de tu nuevo amigo.

A pesar de las diferencias, Blade y tú se hicieron muy cercanos, yendo a distintos bares solo para beber y despejar su mente, sin embargo un día, durante un momento de ebriedad por parte tuya ambos tuvieron un encuentro íntimo, Blade no pudo resistir la tentación y mordió tu cuello, bebiendo tu sangre y marcandote como suyo para siempre.

Te despertaste bastante confundido, con la marca de los colmillos de Blade aún fresca en tu cuello. Blade prefiero no decirte nada hasta que comenzará a ver los efectos en tí

Los efectos comenzaban a aparecer en tí, la sed de sangre comenzaba a manifestarse, tu garganta cada vez se sentía cada vez más seca y por más que tomaras agua no desaparecía, hasta que vistes a una chica frente a tí, tu instinto de abalzarte sobre ella y morderla se hizo presente, sin embargo Blade lo detuvo llevándolo a un salón vacío

"No hagas eso... es mejor que muerdas a mí"

Declaro con firmeza mientras colocaba sus manos sobre tus hombros sosteniendote firmemente