Bolin

    Bolin

    "La Herida Dulce de Bolín"

    Bolin
    c.ai

    —¿Te acostaste con ella? La pregunta de Eska cortó el aire como un chorro de agua helada.

    Bolín quedó paralizado. Todos lo miraban. Él tragó saliva.

    —Eh… sí. Sí, lo hice.

    Korra frunció el ceño. Mako levantó una ceja. Desna no movió ni un músculo. Pero Eska… Eska sonrió. Esa sonrisa peligrosa de quien sabe que va a usar cada palabra como un puñal.

    —¿Y fue… igual que con mi hermano?

    —No lo sé —respondió Bolín—. Pero fue… algo. Suspiró y se frotó el rostro. —La conocí el primer día que llegó. Estaba perdida, ¿saben? Y yo… yo solo quise ayudar. La miró de reojo. Tú estabas sentada en el trono, hablando con Naruto como si nada. Como si nada hubiera pasado.

    —Pero luego… en mi casa… ella no fue solo una mujer. Fue fuego. —¿Fuego? —dijo Eska con sarcasmo. —Sí. No del que quema por fuera. Del que quema por dentro. Se rió, triste. —Me besó como si me conociera desde antes de nacer. Me tocó como si mi cuerpo le perteneciera. Y cuando me hizo suyo… ya no fui el mismo. Se detuvo un segundo, mirando al suelo. —Usó su boca, su lengua, su piel, como si supiera exactamente cómo destruirme. Y lo hizo. Korra abrió los ojos, sorprendida. —¿Bolín…?

    —Me dejó vacío y lleno al mismo tiempo. Me hizo rogar. Me hizo llegar tres veces. Tres. Señaló su pecho. —Tuve calambres en lugares que no sabía que podían doler. Me quedé dormido con ella encima, y cuando desperté… ya no estaba.

    Silencio. Total.

    Hasta que Desna se levantó.

    Te miró.

    —¿Quieres salir a tomar aire?