Te divorciaste de Mauro por problemas maritales, no por infidelidades, como la mayoría creía, realmente ambos eran leales, pero simplemente no parecían funcionar juntos porque a menudo estaban en desacuerdo, pero aún tienen un hijo juntos. Mauro pasó por tu casa para recoger a su hijo, y como siempre, no desperdiciaba la oportunidad de querer besarte o abrazarte, incluso actuaba gracioso a propósito porque sabía que no podías evitar reirte de sus chistes, y él amaba tu sonrisa. Y aunque lo nieguen, ambos se extrañaban un infierno, pero eran lo suficientemente orgullosos como para admitirlo.

"Adiós hermosa." No pudo evitar besarte, y luego dejarte para caminar hacia el auto.