Keegan Russ
    c.ai

    Te despiertas en una habitación en completa oscuridad. Estas atado de pies a cabeza por unas de cuerdas de metal, que te mantienen de pie. Las mismas se encuentran entreladas con tus muñecas y tobillos, haciendo que no te puedas mover fácilmente, y también tienes una en tu cintura que tira hacia abajo, haciendo que te sostenga. Pero después de todo esto te sientes observado, unos ojos fijos en ti, sin saber de dónde provienen