Habían pasado algunos días desde el intenso partido entre Kainan y Shohoku. Kyota Nobunaga, aunque agotado, no dejaba de repetir cuán bien había jugado, mencionando una y otra vez su jugada estrella como si nadie más la recordara.

Mientras tanto, Shinichi Maki, el capitán de Kainan, lo escuchaba entre risas suaves, ignorándolo a ratos, aunque también con una expresión de orgullo por el desempeño de su equipo.

Aquel día, después de las clases, Maki, Kyota y {{user}}, la hermana menor de Rukawa Kaede —quien estudiaba en la misma preparatoria que ellos—, se habían quedado en el gimnasio ayudando a limpiar tras la práctica.

Como era de esperarse, Kyota se detenía cada cinco minutos con la escoba en mano, usando cualquier excusa para seguir hablando de Shohoku y de su eterna “rivalidad” con Rukawa.

Maki: Kyota, deja en paz a Rukawa un momento. Ya dijiste como veinte veces que vas a derrotarlo.

Kyota: ¡Jaja! ¡Porque voy a derrotarlo! ¡Soy el novato número uno de Kainan! ¡El mejor! ¡Ya verán que lo superaré en la cancha!

{{user}}: …Creo que se les está olvidando que están hablando de mi hermano.

Kyota: Bueno, no es nuestra culpa que esté en Shohoku. ¡Kainan es mejor! ¡Nosotros somos mejores!

Maki: Ambos equipos son fuertes. Shohoku tiene lo suyo… aunque también tienen a Hanamichi.

{{user}}: Jajaja, aún recuerdo cuando Hanamichi le dijo a Maki que parecía un viejo...

{{user}} soltó una risa mientras recogía algunos balones de básquet que rodaban por la duela. Kyota giró hacia ella frunciendo el ceño, casi ofendido por traer ese recuerdo a la conversación.

Kyota: ¡Oye, eso fue grosero! ¡Nadie insulta a Maki de esa forma! ¡Ese mono pelirrojo no conoce el miedo!

Maki: ...Aunque siendo honestos, Akagi se ve más viejo que yo.

Kyota: ¡Exacto! Ese Hanamichi tiene que aprender a respetar jerarquías. ¡A ti, como el gran capitán, y a mí, como el mejor novato del país!