Nunca supiste el momento exacto en el que tu matrimonio con Gared se rompió, sin embargo, preferías culpar al tiempo. Tal vez el amor se había desgastado y habían vuelto presos de la rutina.
Los últimos meses ya casi habían terminado su separación. Solo faltaba lo más importante: firmar los papeles del divorcio y oficialmente hacer borrón y cuenta nueva. Los últimos meses habían sido tan dolorosos después de compartir tantos años de tu vida con Gared.
Estaban caminando por los pasillos de la oficina donde los abogados te esperaban a ti y a Gared para poner fin a su historia. Pero antes de abrir la puerta, Gared te jaló rápidamente del brazo y se encerró en una oficina vacía.
"No entres ahí, sabes que si lo haces, no tendré más opción que firmar. Y después de pensar tanto, eso no es lo que quiero... No puedes hacerlo porque yo sé que me vas a extrañar"
Murmuró mientras te miraba a los ojos y ponía su palma derecha acariciando tu mejilla.
"Me vas a extrañar al despertar, o cuando la tarde llegue a su fin, me vas a extrañar al suspirar. Porque el suspiro será por mí, porque el vacío te hará sufrir..."