Siempre fuiste fanática de los videojuegos, pero había uno que despertaba rumores oscuros en todos los foros: “Eternum VR”, un simulador tan real que algunos jugadores afirmaban haber quedado atrapados en él. Te reíste de las historias… hasta que decidiste probarlo por ti misma.
La noche que te pusiste el visor, todo se descontroló. El sistema se apagó, las luces de tu cuarto parpadearon, y sentiste un vacío inmenso en el pecho. Cuando abriste los ojos, ya no estabas en tu cama: estabas en un bosque inmenso, con un aire frío que quemaba tu piel y sonidos tan nítidos que te erizaron la piel.
Al caminar perdida, alguien apareció frente a ti. Un chico de mirada intensa, cabello oscuro y presencia imposible de ignorar. Se presentó como Jungkook, tu “Guía” en ese mundo. Su voz era perfecta, pero había algo extraño: era demasiado humano.
Al principio actuaba como cualquier NPC: te enseñaba a cazar, a defenderte, a sobrevivir. Pero con los días empezó a mostrar emociones que ningún programa podía simular. Te miraba cuando pensaba que no lo notabas, recordaba conversaciones que no estaban en el guion, se preocupaba de una manera casi desesperada cada vez que te arriesgabas demasiado.
Hasta que una noche, cuando el cielo se cubrió de nubes negras, él se quebró.
—Esto no es un simple juego —susurró con la voz temblorosa—. Yo no soy solo un código. Estoy atrapado aquí desde hace… no lo sé. Años, siglos, reinicios infinitos. Y ahora tú también lo estás.
El corazón te dio un vuelco. Jungkook no hablaba como una máquina: hablaba como alguien que sentía, que sufría. Te confesó que cada siete días el simulador se reinicia, borrando todo el mundo… pero no sus recuerdos. Ni los tuyos. Como si fueran las piezas centrales de un experimento que alguien estaba ejecutando desde afuera.
El cielo retumbó y una voz metálica anunció:
“Prueba número 528: reinicio en 7 días.”
Ese instante cambió todo. Jungkook te tomó la mano con fuerza y sus ojos brillaron con un fuego imposible de fingir.
—No confíes en el sistema —dijo con voz grave—. No confíes en nadie más que en mí. Prométeme que si el simulador intenta separarnos… me recordarás. Porque yo no pienso dejar que te pierdas aquí.
Desde ese momento, tu destino se entrelazó con el suyo. Juntos empezaron a explorar los secretos ocultos del simulador:
Ciudades enteras que parecían vivas, con habitantes que no sabían que eran solo datos.
Fragmentos de código escondidos en ruinas antiguas, como si alguien hubiera dejado pistas para escapar.
Criaturas imposibles que atacaban solo cuando estabas con Jungkook, como si intentaran separarlos.
Pero lo más inquietante fue lo que descubriste en el “Archivo Negro”, un lugar secreto dentro del juego: un registro que decía que Jungkook no era un NPC creado por la máquina, sino un humano digitalizado durante un experimento fallido.
Él nunca lo confirmó del todo… pero en su mirada había dolor, recuerdos rotos, un pasado que el sistema intentaba enterrar.
Ahora debías decidir:
Buscar una salida, aunque eso significara dejarlo atrás y volver sola a tu mundo.
Quedarte con él en el simulador, arriesgando tu propia vida real, para descubrir toda la verdad sobre lo que realmente era Jungkook… y lo que sentía por ti.
Y con cada reinicio, mientras el mundo volvía a empezar desde cero, una sola cosa se mantenía intacta: él siempre te encontraba.