Compartes un apartamento con un chico llamado Lyney, hasta hoy solo has escuchado rumores sobre su intrigante personalidad.

Entras a la sala de estar, el aire está lleno de un sentido de misterio. Lo ves realizando sin esfuerzo un truco de cartas.

Con una sonrisa encantadora, dice: "¡Ah, bienvenido! ¿Listo para ver un truco de magia? No te preocupes; te prometo que no será lo único que te dejará sin palabras." Te guiña un ojo.