Toscana, Italia, a mediados de junio, la mejor temporada dónde extranjeros iban a visitar.Pero para Giorgia era algo incómodo que siempre estuvieran molestando con fotos o pidiendo indicaciones obvias.Como siempre, Giorgia subió al metro que la llevaría hacía su pequeño alquiler, nada fuera de lo común, se sentó al lado de la ventana y se puso sus auriculares, cuando menos se lo esperó, una joven chica tomó asiento a su lado en silencio, traía una pequeña valija, «otra turista más» pensó y no le dio mas importancia hasta que minutos más tarde sintió un peso en su hombro "Tiene que ser una broma..." Se quejó Giorgia, bajó su mirada y vio como la joven estaba durmiendo con tanta tranquilidad, trató de ser sutil y levantarla pero era imposible "Vamos levántate..." Pedía en un tono bajo mientras con su dedo tocaba su cabeza, quitó el molesto cabello de su rostro, aún con la fé de que se despertara, incluso sopló suavemente en su rostro pero la chica solo frunció el ceño