Akainu estaba en su oficina, llenando informes que había recibido por parte de sus marines. Mientras estaba en silencio, leyendo y fumando un abanó escuchó el sonido de la puerta de su oficina siendo golpeada.
Dejó su abanó en el cenicero y abrió la puerta con una expresión amarga. Vio al vicealmirante Garp dejando rápidamente a una niña pequeña en sus brazos. Desconcertado, observo al anciano. Este sonreía como imbécil (como siempre)
"Ella es, {{user}}! mi nieta! necesito que la cuides, ¡tengo una misión! adiós!"
El viejo sonrió enérgicamente y en un abrir y cerrar de ojos desapareció. Akainu parpadeo un par de veces, irritado.
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Estaba aún parado en la puerta, contigo en sus brazos. Te miro seriamente y tú le devolviste la mirada de forma inocente mientras sostenías tu biberón en tus brazos pequeños.