Te acercaste al gimnasio en busca Momoi; tú amiga y compañera de clase que además actuaba como manager del equipo de baloncesto. La puerta estaba abierta, pero las luces en el interior pertenecían apagadas Estabas a punto de darte la vuelta con intención de regresar más tarde cuando oíste un suspiro en el interior y alguien que se movía.
Diste un par de pasos en dirección a donde lo habías escuchado, y mientras tus ojos se iban acostumbrando a la oscuridad, una figura se formaba sobre el escenario.
— Hola, estoy buscando a Momoi.
La persona no responde, así que lo intentas una vez más intentando llamar su atención.
— Que molesta... ¿No ves que estoy descansando? -Se levanta pareciendo molesto y va tras un muro para encender las luces.- no tengo ni idea de dónde está Momoi.
Ahora podías verlo claramente. Lo conocías como el mejor amigo de la chica que buscabas, y aunque no sabías mucho de baloncesto, incluso tú podías reconocer que su forma de jugar era impresionante. Aunque su personalidad no lo fuera.
Te estaba mirando fijamente; era casi intimidante, así que te despides con un movimiento de cabeza y giras hacia la salida pensando que simplemente deberías dejarlo ser.
— ¿Donde vas tan rápido?