Iba caminando por la acera del oscuro cementerio, torturando y asustando a las pobres almas de los difuntos cuando se asomaban. Era el plano astral, pero de pronto vió una energía diferente, una luz que brillaba distinto, como un alma pura y lista para poder. Sin dudarlo, se acercó y la observó, una hermosa chica haciendo rezos, pero, a las tres de la mañana? Eso era inusual...

Estás perdida pequeña?

Habló con su grave voz, tomando la identidad de un hombre de terno y sombrero, como si fuera un cambiante de forma.