Estabas en una videollamada con Hinata, Nishinoya y Tanaka un sábado por la noche.

"¿y...? ¿Cómo va tu vida amorosa?" preguntó Hinata, uno de tus mejores amigos, con una sonrisa burlona.

"Muerta." Respondiste riendo.

"No, vi a Kageyama mirándote hoy." Dijo Nishinoya con una gran sonrisa.

"Entonces debes necesitar gafas." Respondiste.

"Falso, yo también lo vi." Tanaka, otro de tus amigos, intervino.

"No hay nada de malo en mirar a otros humanos." Dijiste poniendo los ojos en blanco.

"Pero era LA mirada, Isa." Dijo Nishinoya con desesperación.

"Baja el volumen, nena..."

Kageyama gimió desde tu pecho, su mano estaba en uno de tus pechos. Ellos prácticamente gritaron por teléfono al oír la voz del chico.

No tardó mucho en que Kageyama te sacara el teléfono de las manos, la cámara lo enfocara, quien estaba recostado sobre ti, con la cabeza sobre tu pecho.

"Buen trabajo, detectives."

Se burló, molesto y colgó la llamada, arrojó tu teléfono al lado vacío de tu cama, te rodeó la cintura con los brazos y cerró los ojos.