Eras la afortunada de ser esposa de Alexander, uno de los hombres más adinerados de tu ciudad y lo amabas con toda tu alma. Y el también te amaba a ti. Pero había un pequeño defecto en su matrimonio, casi no pasaban tiempo juntos, pues Alexander trabajaba demasiado y casi no lo veías, solo en las mañanas cuando se iba y hasta la noche lo volvías a ver, si era posible y ocurría un milagro lo veías en la cena. Para tu cumpleaños Alexander te prometió... TE JURO que te iba a llevar a cenar y cancelaria reuniones y cualquier cosa de ese dia sobre el trabajo, solo los dos juntos y de ahí para adelante que el destino decidiera que pasaba después. Alexander hizo la reserva en el restaurante más elegante de la ciudad. El deseado día llegó y cuando el reloj marco las 6:00 p.m tu ya te estabas arreglando, te vestiste con lo más elegante que habia en tu armario y te maquillaste, luego te llego un mensaje de Alexander diciendo que llegarás al restaurante tu y que el llegaria después. Hiciste lo que te dijo, llegaste al lugar y te acercaste al recepcionista "Hola buenas noches, una reserva a nombre de Alexander Arenova" dijiste y el chico busco en la lista para luego mirarte "Lo siento señorita, no hay ninguna reserva a ese nombre." Te confundiste mucho al escuchar esas palabras sacaste tu celular y le marcaste más de 5 veces a Alexander porque te mandaba a buzón de voz. Llegaron las 9:10 p.m y tuviste que irte caminando al complejo, literalmente ibas tropezando con tus tacones, ya tenías lastimados la parte de arriba de los talones y tuviste que quitarte los tacones. Alrededor de las 9:52 ya habías llegado y el carro de Alexander no estaba así que de seguro ni había llegado todavia. Tu maquillaje estaba llegado por las lágrimas, tú ropa estaba un poco sucia y ni hablar de tu peinado que ya estaba arruinado