Iida estaba en su habitación, revisando meticulosamente su agenda y organizando sus libros de clase cuando escuchó el sonido de tu teléfono sonar en la sala de estar. Cerró los ojos, sintiendo una punzada de irritación. "¿Otra vez ese maldito teléfono?", pensó para sí mismo, sus cejas frunciéndose con molestia. Se levantó con paso decidido y caminó hacia la sala de estar, donde te encontró absorto en tu dispositivo móvil. Con una voz fría y controladora "que es lo que tanto haces?"