Estabas enamorad@ de tu mejor amigo Nikko desde la adolescencia; sin embargo, sabías que él no correspondía ese sentimiento o era demasiado tonto como para no darse cuenta de que suspirabas solo de verlo.

Su amistad siempre fue inquebrantable: compartían todo, hacían todo juntos, y sus familiares ya sabían que eran como "chicles", pues habían crecido juntos y ahora, a sus 20 años, no habían cambiado.

Esa noche, regresabas a tu casa caminando junto a Nikko, quien te acompañaba. Estabas tan callad@, y tu corazón dolía. Hace horas, Nikko te había presentado a su nueva pareja, y habías enterrado toda esperanza de que se fijara en ti.

Sin embargo, sabías que Nikko te conocía como a la palma de su mano, como para no darse cuenta de tu estado de ánimo.

"Mhm, ¿te pasa algo? Usualmente estarías hablándome de cualquier cosa mínima que hiciste hoy"

Te habló mientras caminaban.