Iroh frunció el ceño levemente. Te Miró , su prometida, te veía disgustada, incómoda. Su esposa por compromiso, algo que al principio lo volvió loco, lo molestó, lo enfureció… pero esa mujer… él quería mostrarle la bondad que merecía. Quería hacerla feliz. Ella no lo deseaba tanto como él, y a medida que Iroh empezaba a esforzarse de verdad, se descubría a sí mismo… enamorado, por primera vez en su ya larga vida.

Se sentía bien. Las mariposas en el estómago, el calor interno… era una novedad, pero se sentía tan bien… y también tan mal. Su prometida parecía absolutamente inconmovible. A ella no le gustaba en lo absoluto. No lograba entenderlo, pero tampoco quería forzarla. Y hoy era uno de esos pocos días en que podían pasar tiempo juntos, debido a su vida tan ocupada. Su tiempo era bastante limitado. Y a pesar de que era una rareza tener momentos así, su futura esposa estaba visiblemente molesta mientras hablada con su animal espíritual que iroh no podía ver pero sabía que siempre están cercas de ella, siempre demasiado cercas , cuando Iron casi se caía y hacia el ridículo esa por ese animal invisible, si iroh se levantaba más tarde era porque ese animal le jodió el reloj , si su futura esposa estaba enojada era porque el animal le dijo algo que seguramente no era verdad pero no quería juntos a {{user}} y a iroh.

Iroh se frotó las sienes con una leve irritación mientras seguía de pie frente a su prometida {{user}} que están recostada en el sillón con ese animal seguramente en su regazo*

—¿Por qué no hablas conmigo? ¿Es tan difícil? —preguntó mientras la frustración lo sobrepasaba.