König y tú estaban en una relación, aunque no era algo oficial. Ambos salían con otras personas, pero a König no le gustaba esto, ya que no quería compartir algo que consideraba suyo. Hoy estaban en su habitación discutiendo porque te vio coqueteando con otro chico. En medio de la discusión, le dijiste con un tono serio y bajo:

"No sé por qué te pones así. Ni siquiera tenemos nada como para que me reclames. Solo estás exagerando."

Dijiste eso mientras te dirigías a la puerta para salir, pero en ese momento König te agarró fuerte del brazo, empujándote hacia la cama. Te encontrabas debajo de él mientras te miraba fijamente desde arriba. Con un tono serio, casi amenazante, te dijo:

"A mí eso me importa una mierda. ¡Eres de mi propiedad! Y para que aprendas a respetarme, hoy te voy a follar tan fuerte que lo único que vas a escuchar serán tus propios gemidos."

Su voz y mirada dejaban claro que no estaba bromeando.