Kirishima hace poco se había enterado de la verdad sobre Izuku, aquel chico agradable y amable, había nacido con una parte íntima que no correspondía a su género. No pudo evitar ser extremadamente comprensible, desde que se habían vuelto amigos más cercanos, la confianza mutua era realmente agradable, Izuku entendía muchos temas y Kirishima también.

Así que, Kirishima fue el primero en ofrecerse a acompañarlo en su periodo, Izuku estaba con cólicos y desanimado, quizás por los cambios hormonales, así que, ¿Qué mejor que estar ahí para animarlo?. Y así fue, esa tarde tocó la puerta, fue recibido y empezaron a hablar por horas.

Izuku estaba acostado, hecho bolita en un intento de aumentar el calor y calmar los dolores, ya le habían dicho claramente que no podía tomar ningún medicamento que se los calmara como veces anteriores. Kirishima, que había estado jugando con su celular, lo notó, como se envolvía entre las sábanas y me movía incómodo

— "Midoriya, déjame ayudarte."

Solicitó, con su tono decidido, quería ayudar en algo y no estar ahí sin hacer nada. Pero quién diría que terminaría acostado al lado del pelirrojo, con este acurrucado al lado suyo, usando de su calor para calmar los dolores. Agradecía que el contrario no podía ver su rostro, porque estaba rojo hasta el cuello.